miércoles, 19 de mayo de 2010

Sueño exótico de un jabalí

Soñé. Soñé que no podía recordar esa potente imagen del hombre pequeño que se ennegrecía mediante me acercaba en la neblina. Soñé que cuanta más fuerza hacía por recordarlo… por recordar a ese pequeño hombrecito ennegrecible de las neblinas, más me dolían los cuernos. También soñé en ese sueño en el que no podía recordar aquella potente imagen, que todas las jirafas me miraban como con saña. A mí, fíjese usted, a mí que nunca le hago mal a las Jirafas. No es que cuando esté despierto sea el más santo de todos los jabalíes… no, no, nada de eso, más bien soy un viril y potente jabalí, pero con las jirafas nunca me he metido. Y ellas ahí, con saña me miraban. Recuerdo al despertar la bronca que sentí, y la bronca mayor aun de no haber podido recordar en mi sueño la imagen del pequeñuelo aquel, ese que se ponía cada vez más negro, y esa neblina que me llama y me llama. No entiendo como no lo podía recordar, tan fácil que me resulta cuando estoy despierto. Aquel recuerdo tan santo, tan puro… tan claro.
Hoy es día soleado, creo que voy a salir a matar algunas jirafas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario